En Mindbug, cada jugador convoca criaturas únicas y las usa en intensos combates estratégicos. Sin embargo, la clave del juego está en los Mindbugs, que permiten tomar el control de las criaturas del oponente en el momento menos esperado, obligando a replantear estrategias en cada turno.
 
Cada partida es diferente, con criaturas extravagantes como un oso-abeja o un orangután-león, y habilidades especiales que permiten infinitas combinaciones. Rápido de aprender y difícil de dominar, Mindbug es una experiencia única donde no basta con tener buenas cartas, sino saber cuándo y cómo jugarlas.